lunes, 25 de mayo de 2020

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Emilio y Joel regresan por carretera. Van en uno de los autos lujosos de su tío y los dos se sienten unos pequeños príncipes. En especial Joel ya que Emilio sólo piensa en Carlos.
--con el dinero negro de mi tío se lo voy a dar todo... ¡le voy a pedir que me eche el polvazo de mi vida¡¡ --piensa.
Los dos están incomunicados del chofer. Joel se pone cómodo.
--esto es vida...
Emilio le sonríe. Lo mira con cariño. Aunque la relación con su hermano siempre ha sido tensa ahora lo ve con otros ojos. Hay un poco de culpa porque le gusta su cuerpo, porque ha bebido de él y porque disfruta recordándolo pero también siente afecto con él. Le gusta tenerlo cerca, sentirlo su amigo.
--creí que no te gustaba la vida de millonario... no que no querias cambiar...
--estoy cambiando de opinión...
Joel sonrie y a Emilio le fascina esa sonrisa. Joel se incomoda cada vez que siente que su hermano lo mira con ojos de hembra, con ojos de deseo. Además de vez en cuando agarran una curva y Emilio se estremece al sentir ese cuerpo que tan bello resalta en jeans junto al suyo. 

Para tratar de sacarse de encima los pensamientos que lo atormentan, Joel , al llegar a casa, se da una buena ducha fría. El agua desliza por su perfecto cuerpo desnudo aún virgen. Joel se acaricia el pecho, las piernas, el culo, los genitales y vibra sin poder borrsr de su mente el gusto que le dio recibir una mamada. Esta sensación la recuerda siempre con la 

Dos días después Joel y Emilio salen juntos de la agencia de viajes. Le regalan un viaje a la madre. Joel no deja de pensar en la sensación de que te hagan una mamada y desea que su hermano se la vuelva a mamar pero le da vergüenza, le hace sentir culpable.
--¡¡no... no... ¡ --va diciendo para sí.
Va pensando que sí, que si no... En realidad sí quiere pero sabe que no debo hacerlo. Emilio lo mira fijamente:
--¿te pasa algo?
--No... no...
Los hermanos no se aguantan la mirada mucho tiempo porqué Joel sólo piensa en unos labios de hombre que le coman hasta el final la trompa. Emilio agacha la cabeza, ese paquete de su hermano en la entrepierna lo llama. Y aunque no puede evitar sentirse un depravado le gustó mamársela y tiene un muy buen sabor de boca del esperma de su hermano que le gustaría volver a saborear. Hay un gran silencio entre los hermanos.
--yo tengo que ir al lavabo...
Y Joel ve la excusa perfecta para tratar que su hermano se la mame.
--si yo... también...
Emilio ve en Joel ese mismo amigo guapo que encontró en el viaje. Le apetece vivir una situación homoerótica con su hermano como esa. Para sorpresa de Emilio Joel se pone en el urinario de al lado de su hermano y se separa mucho... Es imposible no darle una mirada. Y aunque días ante sí hubiera mirado ahora que se la ha mamado sólo eso le da igual. Además quiere demostrar que lo respecta. Joel quiere que mire, se ha prometido a sí mismo que si su hermano le provoca de alguna manera dejará que se la mame, si no no... ASí su consciencia no le sienta tan mal. ASí que le fastidia que no lo mire. Le frustra pensar que a su hermano no le gusto mamársela y nunca más volverá a pasar. Joel necesita una buena chupadita y teme no poder satisfacer esa necesidad con su hermano porque le da terror tener que buscarlo en otro lado.
--mamá va a estar contenta con el viaje ¿no?
Y Emilio se ve obligado a mirar a su hermano y no puede evitar un gran calor al verle con su trompa en la mano. Se da cuenta que su hermano está excitado y no entiende porqué. Le gustaría poder atreverse a preguntarle si es gay pero no le tiene tanta confianza. Aunque está nervioso, Joel dice:
--¿te gusta mucho mirar la pinga a los chicos en el lavabo?
--perdona... no te quería molestar... --dice Emilio girándose.
--¡No... si no me molesta...¡ --dice Joel muy excitado.
Y Emilio lo vuelve a mirar, ya no es sólo ver una trompa o no... es el hecho de estar con un macizo y éste tener la trompa entre las manos... --no sé... es algo que me pone muy cachondo... pero perdona... eres mi hermano. Sé que no debería...
--si yo te valgo... pues hay confianza...
Se asegura que no haya nadie a su alrededor:
--que me la has mamado, Emilio... ya no viene de aquí
--a la vieja le da algo...
--ahora que se vaya te podrás quedar a gusto...
--¿te refieres a que me dejarás mamártela todas las noches? --dice Emilio excitado.
--si te apetece... A mi no me gusta... me da igual... es como de pequeños que nos masturbábamos juntos...
--no es lo mismo...
--¿porqué?
--pues no sé... no creo que sea normal que un hermano se la mame al otro...
--Yo no sé quien ha dicho eso y si a uno de los dos hermanos le gusta mucho mamársela al otro... ¿qué tiene de malo?
Y Emilio se da cuenta que el arma de su hermano está muy grande. Que ha crecido sólo de pensar en que Emilio se la va a mamar. Y Joel se da cuenta que su hermano sospecha que es gay pero los dos hacen el que no se da cuenta.
--en Alemania te lo agradecí mucho porque era algo que me moría por hacer ya que hacía años que no lo hacía...
--¿y ahora no? ¿se la has mamado a otro?...
--Esta tarde me acosté con un chico que me gustaba mucho...
Joel lo mira entre excitado y sorprendido:
--¿y eso?
--le pagué...
--¿¿cómo??
--es que me gustaba mucho... para mí era vital hacerlo con él...
Joel siente por un lado celos de su hermano que haría lo que fuera por un polvo por un macizo y piensa que él le gustaría hacerlo con alguien como el desconocido del aeropuerto y por otro lado siente pena. No desea ser cómo él

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