lunes, 25 de mayo de 2020

3




Emilio traga saliva. Aunque no es lo que más le guste, en ese momento está muy cachondo y le encantaría mamársela y por unos segundos puede olvidar que el hombre que le ofrece su trompa es su hermano, su guapo hermano. Cree que no ha escuchado bien. Mira a su hermano con el rostro desencajado.
--¿¿¡cómo has dicho?¡
Joel tiene miedo que su hermano se dé cuenta que está cachondo, que desea que él se la mame tanto como Emilio se la quiere mamar.
--mira Emilio... creo que ya me estoy arrepintiendo... me has oido perfectamente... pero tampoco te tengo que rogar...
Joel se levanta. Apuntando porque su dura lanza no se oculta. Emilio lo mira a mil y con su lanza aunque más pequeña también dura. Apunto del orgasmo sólo de pensarlo:
--¿¿¡¡me dejas que te la mame...?¡¡
Joel sonríe, se quiere mostrar amistoso. No ansioso. Quiere que Emilio crea que esa propuesta está hecha desde el cariño de hermano y no desde la cachonderia, la excitación. Está de espaldas para que no se le note tanto la erección pero lo mira. Su culo es apetitoso.


 Emilio desea mucho a su guapo hermano. Joel quiere sacar importancia al hecho que su hermano se la mame.
--bueno de pequeño me la jalabas... ¿o no te acuerdas cuando me masturbas?
Emilio sonríe ya se le habia olvidado:
--lo recuerdas? –Emilio.
--claro contigo aprendí a eso... Yo sólo no podía y te pedí a ti que me ayudaras...
Emilio sonríe.
--si me acuerdo... pero es que eras muy pequeño... no debí hacerlo...
--yo insistí... y tú me mirabas de otra manera...
--¿así?
--sí, antes me mirabas como a un hermano pequeño... luego a la que yo fue creciendo ya no... En mi adolescencia empecé a ver que mi cuerpo te gustaba y eso me molestaba...
--bueno... es que... bueno... es difícil de explicar... eras el único hombre guapo que yo tenía cerca, tampoco es que quisiera nada...
--de niño tenía mucha confianza contigo... 
-- luego ya no quisiste ni que te viera desnudo... siempre lo evitabas
Y Emilio piensa que es una lástima que en la adolescencia no lo haya buscado.
--bueno... No me gusta como me miras pero también es verdad que bueno... ¡¡entre hermanos hay que ayudarse...¡ Todos en mi clase se la jalaban desde el jardín de la infancia y se reían de mí porqué no sabia. Si tú me ayudaste entonces... no veo porque no ayudarte yo ahora que tú es lo que necesitas... El sexo es una necesidad y yo me desahogo con mujeres y me da pena que tú no...
--no es lo mismo hacerte una pajilla que una mamada... tampoco quiero que te sientas obligado a algo que no quieres...
--Yo me acuerdo que tú tampoco me la querias jalar, que te daba cosa. A mí ahora me pasa lo mismo, no es que me haga gracia pero tampoco es nada del otro mundo y si así te desahogas y puedes esperar más tranquilamente a que pase algo que te guste... Si yo te puedo ayudar a que no te pongas en riesgo... por eso... te debo el favor... ni modo que tú lo hagas solo y por una vez... si te apetece...
--si... claro... Aunque no es que quiera nada contigo por unos minutos me encantará olvidar que eres mi hermano y me sentará bien... seguro que ya no iré tan a saco...
--no te confundas... a mi eso no me gusta... pero a mi me da igual, no me viene de aquí yo por hacerte el favor... así que por mi no lo hagas sólo si te apetece, luego como si no hubiera pasado nada...
Emilio está ya de pie cara a su hermano excitando mirando esa trompa que ha crecido más de 10 veces.
--puedo mamartela ya...?







Joel se baja el boxer y ante Emilio aparece como si fuera un milagro una dura lanza deseosa de ser explorada por una lengua ansiosa como la suya. Emilio se arrodilla le acaricia esos cojones grandes y suaves como melocotones que acaricia como el tesoro más delicado y chupa y muerde suavemente mientras sus dedos se pierden en la selva velluda de su hermano. Emilio siente que está en el paraiso. No piensa que es su hermano, le parece un sueño que tenga ante sí esa trompa tan grande de un hombre guapo... que por fin pueda volver a saborear algo bueno. Joel esta muy nervioso. Cierra los ojos para olvidar que es su propio hermano quien le esta haciendo el trabajo. Emilio no se lo hace repetir... aunque no es que se sienta atraido por su hermano pero es muy guapo y tiene ganas de volver a mamarla y la de su hermano es una buena opción... Aunque Emilio quiere que dure, que sea eterno los dos están demasiados ansiosos. Además Emilio tiene curiosidad por probar el semen de su hermano y tiene miedo que éste no le deja que disfrute hasta el final. Pero Joel, aunque piensa en el desconocido, deja que se la coma toda. Emilio se da cuenta que goza, que le guste que se la mame... Joel lanza un fuerte aullido de gusto mientras que su esperma es tragado por Emilio que lo saborea encantado. Joel se ha desahogado. Se siente más tranquilo. Se sube el boxers.
--¿te lo has tragao?
--sí... claro, me gusta mucho.
A los dos les ha sentado bien la mamada. Joel se da cuenta que Emilio ya no lo mira con deseo y Joel ya ha olvidado la trompa del desconocido 
--a que sabe?
--es muy dulce... la verdad es que no sé si es porque hacía tiempo pero nunca la bebí tan buena... No recordaba que la leche fuera tan buena... la verdad es que aunque me gustaba tragarla el sabor era algo asqueroso... pero tu semen es rico... me ha gustado.
--no todas las leches son iguales? la de los hombres se entiende...
--no, algunas son muy amargas... otras no se pueden tragar... El sabor depende mucho de la alimentación del hombre...
--¿ah sí?
--se nota que tú te cuidas... tu semen sabe rico... ¿es que nadie te la había mamado?
Joel se pone el pijama. Se siente más tranquilo, aún le dura el gusto de la mamada y no siente culpa que es lo que más le preocupaba. Pero lo que no quiere es que su hermano descubra que es virgen, que esa ha sido su primera experiencia sexual, que ni un beso le han dado:
--claro Noelia... muchas veces... pero a ella no le gusta comerselo... me corro en su cara...
--pues no sabe lo que se pierde... Dile que se anime... que le gustara...
Joel le guiña el ojo con timidez:
--ni modo que le diga que me lo has dicho tú...
--no claro... supongo que no se lo dirás a nadie... --dice Emilio con vergüenza.
Joel se tranquiliza. Piensa que si un chico se la tenía que mamar ese tenía que ser Emilio porque así está seguro que nunca nadie se enterará.
--claro, como crees que se lo iba a contar... Estos juegos son cosas de hermanos... pero nadie lo puede saber. No lo entendería... a la vieja le da algo y a Noelia gracia tampoco lo haría... esto ha sido un favor que yo te he hecho... no tiene más importancia...
--pues gracias...
Joel le sonríe con timidez. 
--yo tengo sueño... ¿vamos a dormir?
--si claro...
Emilio le dice que sí pero Emilio no creer que pueda dormir ya que los recuerdos le excitan. Tenía muchas esperanzas que ese viaje le acercara a su hermano pero no esperaba que tanto. Joel se tumba en la cama. Está muy relajado. La corrida le da sueño. En seguida se queda dormido. Emilio con la luz apagada se levanta. Su hermano es muy guapo y le gusta aunque sabe que eso está mal. Se alegra de habérselo mamado. Le que más le gusta es lo amistoso que Joel se ha portado con él. Lo mira mientras duerme:
--eres gay... eres gay...
Y aunque le gustaría que esos juegos se volvieran a repetir le duele pensar que su hermano esté sufriendo por no aceptar su condición sexual. Pero no sabe cómo ayudarlo. Se tumba en la cama. El cariño de su hermano, el verlo desnudo en la ducha... ya era algo más de lo que deseaba... haber comido de los más privado de su hermano es algo que nunca pensó que pasaría y le ha gustado mucho. Le cuesta mucho dormir porque no se puede sacar de la mente ese momento. Quisiera que no se le olvidara jamás ese sabor que ahora mismo tiene en la boca.

Joel pasa buena noche. Está tranquilo hasta que tiene un sueño. Se encuentra él en un cementerio. Está desnudo.
--¡¡Joel... Joel¡
Se está buscando a su mismo. Le asusta el lugar que es muy tenebroso. Sienta una angustia que lo hace dormir intranquilo. Joel va corriendo entre las tumbas. De repente se para frente a una. Este se abra y aparece un ataud. Y de él el padre de Joel. Muy sucio. Llora. 
--papá... ¿¡qué te pasa?¡ Mira que sucio estás...
Joel con mucho cariño saca un pañuelo para tocar a su padre pero el hombre lo rechaza.
--¡¡no me toques, maricón¡
El cadáver le habla con desprecio y a Joel le duele. 
--soy tu hijo, papá --llora.
--¡¡tú eres un maricón¡¡
Y de repente de todos lados aparecen muertos que le gritan a Joel:
--¡¡maricón... maricón¡¡
Joel se despierta atormentado. Se lleva las manos a la cabeza:
--¿¿¡que he hecho?'¿que he hecho?

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